El terremoto de Haití puso en evidencia la miseria de un pueblo, más allá de la mala fortuna de tener su capital sobre una potente cicatriz geológica. De todas las carencias de los haitianos, el hambre es tal vez la más amarga; un hambre tan rampante y desbordado que encuentra en las galletas de barro, "alivio".
Delgadas como un disco, del tamaño de un cenicero, y al secarse registran las huellas de las manos que las han moldeado. Sal, manteca y lodo son sus ingredientes.
Los aumentos de precios y la escasez de alimentos amenazan la frágil estabilidad del país, y las galletitas de lodo son una de las poquísimas opciones que tienen los más pobres para no morirse de hambre.
Los alimentos subieron en más de un 40% después del paso de la tormenta Noel por la que la ONU tuvo que declarar a Haití en estado de emergencia. La situación está amenazando la frágil estabilidad política y social de la nación más paupérrima del hemisferio occidental.
Ante la imposibilidad de que muchas familias no pueden comprar ni siquiera una libra de arroz, los haitianos están apelando a medidas extremas, de sobre vivencia para tratar de “engañar” el hambre.
Mujeres embarazadas y niños han hecho del lodo una tradición y lo usan como fuente de calcio y antiácido.
-Charlene de 16 años y su hijo, viven en uno de los barrios más indigentes de Cite Soleil-Haití en el que comparte una casucha de dos cuartos con cinco hermanos y sus padres que están desempleados.
A las galletas de tierra, se les agrega sal, y mantequilla vegetal y se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando no hay comida en la casa, tengo que comerlas tres veces al día”, explicó como si hablara de un alimento “normal”.
Dijo que aunque le gusta el sabor a mantequilla y sal, las galletas le dan muchos dolores de estómago y cuando le da los senos al bebé, éste sufre de espasmos y cólicos. Descalza, con un vestido sucio y su físico fláccido, refleja el claro indicio de una desnutrición crónica.
A las galletas de tierra, se les agrega sal, y mantequilla vegetal y se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando no hay comida en la casa, tengo que comerlas tres veces al día”, explicó como si hablara de un alimento “normal”.
Dijo que aunque le gusta el sabor a mantequilla y sal, las galletas le dan muchos dolores de estómago y cuando le da los senos al bebé, éste sufre de espasmos y cólicos. Descalza, con un vestido sucio y su físico fláccido, refleja el claro indicio de una desnutrición crónica.
La FAO y los altos precios
Al referirse a los temores por el hambre, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas ha iniciado un plan para combatir la elevación de los precios de los alimentos con la distribución de estampillas para que los agricultores puedan comprar semillas y fertilizantes en las naciones pobres. En el Caribe, las inundaciones y los daños a la agricultura provocados por la temporada de huracanes del 2007 obligó a la FAO a declarar el estado de emergencia para Haití y para otras naciones de la región.
La paradoja de la vida: La tierra siempre se ha usado para producir alimentos principalmente y cuando uno muere lo entierran en ella, pero ocurre que ahora haitianos hambrientos se la están comiendo.
"La pobreza es la peor forma de violencia". -Mahatma Gandhi
Clave - Perú 2015
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